De lápiz en lápiz: anécdotas quevedianas
El 14 de septiembre de 1580 nacía
uno de los escritores más influyentes del Siglo de Oro. Escribió 875 poemas,
pero también cultivo la prosa con obras como El Buscón.
1) Mariana de Austria
Un día, los amigos de Quevedo dijeron que no era capaz
de llamar coja a la reina. Quevedo dijo que era capaz además de hacerlo sin
enfadarla por lo que sus amigos doblaron apuesta según cuentan: "Mil
dineros pusieron sobre la mugrienta mesa y si Quevedo ganaba, recibiría otros
mil del Marqués de Calatrava". Finalmente Quevedo acudió a la audiencia
real y ante la multitud que allí se encontraba dijo: "Entre el clavel
blanco y la rosa roja, su majestad escoja".
2) La calle
del codo
Francisco de Quevedo era un hombre de costumbres. Una
de ellas era mear cada noche en la estrecha calle del Codo. Uno de los vecinos,
harto del comportamiento del escritor pintor una cruz en la pared con la
leyenda «No se mea donde hay una cruz». Él contestó con otra frase: «No se coloca
una cruz donde se mea»
3) Un equipaje...ligero
Su pasión por la lectura hacía que metiese en su
maleta no menos de 100 libros cada vez que viajaba. Incluso elaboró varios
artilugios para comer mientras leía o estaba acostado. Cuando falleció su
biblioteca contenía 5.000 libros.
4) Ni sube, ni baja
En cierta ocasión Quevedo se dispuso a cortejar a una
dama que estaba en un balcón. Ella lo animó a subir con la ayuda de una polea
pero el autor no sabía que era una broma organizada por unos amigos y quedo suspendido
a mitad de la subida. Ante el revuelo formado por la multitud que quería ver al
artista colgado apareció la guardia nocturna, que tras preguntar quién era,
recibió la respuesta "Soy Quevedo, que ni sube, ni baja, ni está
quedo".
5) De lápiz en tapiz
En cierta ocasión
pidieron a Quevedo que improvisara una cuarteta con la rima consonante de
lápiz, una de las rimas más complicadas y el artista tiró de ingenio y
escribió: "Al escribir con mi lápiz he cometido un desliz. Resulta que he
escrito tápiz, en ver de escribir tapiz”
6) Una muerte poco tranquila
Al fallecer el autor su tumba fue profanada para robar
sus espuelas de oro. Después del incidente, se decidió mover su cadáver de un
lado a otro de Villanueva de los Infantes, de tal forma que a día de hoy se
desconoce dónde está enterrado aunque aparecieron algunos de sus huesos en la
cripta de Santo Tomás de Villanueva.
7) Un buen espadachín
Quevedo era muy habilidoso con la espada y participaba
en numerosas contiendas. En una ocasión mató a un hombre en un duelo por
un hombre que estaba pegando a una mujer en la Plaza de San Martín.
8) Gafas de autor
Sus anteojos eran tan icónicos que la RAE ha admitido
la definición de quevedos como la de unas lentes de forma circular que se
sujetan a la nariz y que poseen armadura.
9) Cojo y miope
Quevedo nació con pies deformes y pronto descubrieron
sus padres que era miope. Debido a ello, cojeó toda su vida y desde edad
temprana fue objeto de burlas que le llevaron a refugiarse en la literatura.
10) Miguel de Musa y Góngora
Cuando Quevedo todavía era estudiante empezó a
escribir bajo el pseudónimo Miguel de Musa para ridiculizar a Quevedo. A partir
de entonces surgió una rivalidad que no acabaría hasta la muerte del poeta
cordobés. Especialmente famoso es el poema titulado "A una nariz".
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